El ejército de Israel reveló que sus fuerzas llevaron a cabo una operación encubierta en Siria el pasado 8 de septiembre, durante la cual desmantelaron una instalación subterránea que, según sus informes, era financiada por Irán.
El objetivo de esta instalación era la producción de cohetes de largo alcance y misiles guiados de precisión, representando una amenaza potencial para la región. Esta acción se suma a la tensión constante entre Israel e Irán en territorio sirio.
La misión, preparada meses antes, la ejecutaron más de 100 soldados Unidad Shaldag del Ejército israelí en la zona de Masyaf, al oeste de Siria, a la que llegaron utilizando helicópteros, y ninguno de ellos resultó herido.
«Los soldados destruyeron el complejo y regresaron sanos y salvos a territorio israelí», aseguró el portavoz internacional del Ejército israelí, Nadav Shoshani.
«El complejo incluía líneas de montaje avanzadas diseñadas para fabricar misiles guiados de precisión y cohetes de largo alcance, lo que aumentaba significativamente el suministro de misiles a Hizbulá y otros agentes terroristas iraníes en la región», detalló.
Además, Israel sostiene que sus fuerzas lograron acceder a maquinaria crítica para la fabricación de misiles de precisión, así como a documentos de inteligencia que están ya siendo investigados.
Sobre en qué punto se encuentra el alto el fuego en Líbano, en vigor desde el pasado 26 de noviembre, este funcionario israelí dijo que sus tropas se retirarán «gradualmente» del sur del país vecino y espera que las fuerzas del Ejército libanés ocupen este territorio, tal y como establece el acuerdo.
Israel y Hizbulá pactaron una tregua de 90 días, que concluirá a finales de enero, durante la cual los agentes del grupo libanés tendrán que replegarse al norte del rio Litani y las fuerzas israelíes tendrán que abandonar el sur del país que ocupan desde principios de octubre, cuando iniciaron la incursión terrestre.
FUENTE: ECUAVISA