El presidente autodenominado el «dictador más cool del mundo«, Nayib Bukele, concretó el viernes 9 de febrero su reelección en los comicios presidenciales de El Salvador, a pesar de que la Constitución lo prohíbe. Así, se convirtió en el primer mandatario en lograrlo desde que su país se sacudió de una larga dictadura militar y cerró 12 años de guerra civil.

Con el 82,66 % del respaldo gracias a unos 2,7 millones de votos, en un país con más de 6 millones de habitantes, Bukele capitalizó su popularidad gracias a su política contra las pandillas, que también ha influido en países como el Ecuador.

Una reelección por medios inconstitucionales

Para alcanzar la Presidencia en 2019, Bukele vio frustrada su aspiración de hacerlo con su partido Nuevas Ideas (NI) por lo que usó de vehículo electoral a la Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA), de extrema derecha, pese a que se había comprometido en no buscar alianzas con este sector.

En 2021, ya con su partido Nuevas Ideas (NI) inscrito formalmente y con las alarmas encendidas por lo que diversos sectores llamaron una deriva autoritaria de su parte, su popularidad le permitió a NI ganar la supermayoría en el Congreso, lo que zanjó su camino a la reelección.

En su primer día de trabajo el 1 de mayo de 2021, la legislatura dominada por NI destituyó a los magistrados de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema y nombró en su lugar a exasesores del Gobierno y exabogados de altos funcionarios, todo sin seguir el proceso legal establecido.

De paso, fue removido el fiscal general y se nombró a Rodolfo Delgado, que había sido asesor de un banco estatal y, de acuerdo con diversas investigaciones de medios locales, quien habría sepultado las investigaciones por supuestos actos de corrupción en medio de la pandemia de la covid-19.

Los nuevos magistrados constitucionalistas emitieron en septiembre de 2021 un auto para cambiar una interpretación de la prohibición de la reelección.

Los jueces «leales» al Ejecutivo, nombrados así por Estados Unidos, dijeron que la Constitución prohibía la reelección por un tercer mandato y no por un segundo consecutivo. Es así como Bukele vio abiertas las puertas para seguir en el poder Ejecutivo, al menos hasta 2029.

«No, no hay reelección (en El Salvador) y yo estaría fuera de la Presidencia a los 42 años«, decía Bukele en marzo de 2021 en una entrevista que concedió a dos youtubers mexicanos.

Una guerra popular

El mandato de Bukele se caracterizó por la confrontación con el Congreso de mayoría opositora y la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema.

La popularidad de Bukele se volvió incombustible con el lanzamiento de su «guerra contra las pandillas», cuya continuidad es la piedra angular de su reelección.

Esta «guerra» ha dejado más de 76 000 detenciones y más de 6 000 denuncias de atropellos a derechos humanos, además de las advertencias de organizaciones, como Amnistía Internacional, de que se está gestando una crisis de derechos humanos sin parangón desde que terminó la guerra civil en 1992.

FUENTE: ECUAVISA

Por fausto

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