La falta de inversión, la inestabilidad institucional y la inexistencia de una política de Estado a largo plazo son algunos de los factores que han provocado una crisis en el sector petrolero.

Expertos en la rama consideran que la industria debe propender a aumentar la producción, y para lograrlo será vital contar con inversionistas nacionales o extranjeros, a falta de recursos, infraestructura y tecnología en Petroecuador.

Por eso, la discusión alrededor de la adjudicación de Sacha, pudo delinear una forma de política de Estado a replicarse en los demás campos petroleros.

¿La adjudicación de Sacha es la única forma de que el campo aumente su producción?

Hasta ayer, 11 de marzo de 2025, el Gobierno no recibió la prima de USD 1 500 millones, que el candidato-presidente Daniel Noboa condicionó para sellar las negociaciones.

Según prometió el Mandatario, sin el adelanto, el acuerdo no continuará y el Gobierno buscará otras opciones para adjudicar el contrato. Es decir, que al corto plazo Petroecuador continuará operando la producción.

El Gobierno defendió la entrega del campo Sacha a Sinopetrol argumentando que el Estado ganaría mayor rentabilidad, tomando en cuenta que los gastos de operación serían asumidos por el consorcio, y que también recibirían ingresos por impuestos y tasas de servicios.

El acuerdo estaba previsto para 20 años, consistía en que el consorcio reciba el 81 % de la producción, mientras que el Estado, el 19 %, cuando el precio del barril esté en USD 30 o menos, por barril. Sin embargo, si el precio sube a más de USD 120 por barril, estaba contemplado que aumente hasta un 26.5 %.

Además, el consorcio se comprometía a invertir USD 1 700 millones para expandir la infraestructura e implementar tecnología. El incremento de la producción significaría pasar de 75 000 a más de 100 000 barriles diarios en un período de tres años.

El consultor energético y petrolero, Miguel Robalino, cree que en Sacha, así como en los otros 72 campos petroleros, la intervención del sector privado es importante, pero dice debe equilibrarse la participación estatal, de tal manera que se entregue como renta a los consorcios o empresas solo el valor relacionado con el incremento de la producción.

Otro argumento del gobierno de Noboa para defender la adjudicación es que la infraestructura es de hace 50 años, está deteriorada y no se han realizado mantenimientos; hay equipos con corrosión interna y externa; riesgos de catástrofes naturales; entre otros factores que hacen deficiente la producción de Petroecuador.

Sin embargo, Robalino dice que la empresa estatal petrolera también ha invertido más de USD 100 millones anuales que no se consideraron en la negociación. Esos son temas que, a su criterio, deberían evaluarse en una nueva licitación.

Oswaldo Madrid, quien fue gerente general de Petroamazonas EP, explica que no hay manera de que el sector petrolero aumente su producción si no es con un plan expansivo que contemple las exploraciones, sin descuidar la infraestructura actual.

Dice que la industria petrolera implica millonarias inversiones, dinero que el Estado no tiene y que será necesario buscarlo en el sector privado a escala nacional o internacional. Añade que hay que abrir las puertas al mayor número de compañías posibles que tengan la experiencia y el conocimiento, para que los procesos sean transparentes y justos.

Solo los USD 1 500 millones que iba a entregar el consorcio Sinopetrol representaba un mes de sueldo para los funcionarios públicos o el pago de bonos o pensiones a personas en condición de vulnerabilidad. Es decir, solo ese dinero representaba un alivio para el fisco.

Madrid también menciona que las empresas buscarán seguridad jurídica para entregar el dinero, algo que Ecuador actualmente no puede garantizar por el proceso electoral próximo.

El próximo Gobierno tendrá en sus manos el aumento de la producción petrolera

El 13 de abril de 2025, los ecuatorianos escogerán al próximo presidente de Ecuador, entre Daniel Noboa y Luisa González. Al hacerlo, decidirán por el modelo de producción petrolera para los siguientes cuatro años, lo que implicará atender la crisis de Petroecuador y asumir el reto de aumentar la producción.

La producción no ha despuntado en los últimos años, por el contrario, la tendencia es a la baja. En 2014, en Ecuador se producía 533 mil barriles diarios, mientras que 2024 cerró con un promedio de 475 mil barriles diarios.

Entre las diversas causas que provocaron la crisis en Petroecuador una de ellas es la inestabilidad institucional, desde noviembre de 2023 han pasado seis gerentes generales, por periodos de entre nueve días a cinco meses.

A criterio de los expertos, el próximo gobierno tiene que conseguir altos perfiles para dirigir la empresa estatal y los ministerios del ramo.

En los planes de gobierno de Luisa González y Daniel Noboa el sector petrolero se trata solo por encima.

Noboa habla de «invertir en infraestructura y tecnología que permita actualizar las refinerías y oleoductos, incrementando la eficiencia y manteniendo la capacidad de producción petrolera»

Mientras que González habla de un plan para impulsar una economía post-petrolera, es decir, dando incentivos a otras industrias.

FUENTE: ECUAVISA

Por fausto

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