La Federación Nacional de Cámaras Provinciales de Turismo del Ecuador (Fenacaptur) es optimista con respecto a estos tres días festivos por la Independencia de Guayaquil. Pese a todas las vicisitudes que aquejan al país, Holbach Muñetón, presidente de la Fenacaptur, estima que un millón de personas se movilicen por la nación y que dejen unos 80 millones de dólares.
Muñetón emite este pronóstico con base en feriados anteriores. Es consciente de que, tras la pandemia del COVID-19, el sector turístico ecuatoriano vive en una constante inestabilidad: la inseguridad, la violencia, los toques de queda, los estados de excepción, una desaceleración económica y más recientemente los apagones abonan a un escenario desalentador. No obstante, Muñetón señala que justamente estos factores inciden en que la ciudadanía quiera «poner en pausa» la realidad y recrearse.
A pesar de los apagones programados, la industria turística ha encontrado maneras para continuar operando durante el feriado nacional. Restaurantes, hoteles y locales comerciales en ciudades turísticas han implementado diversas alternativas para minimizar el impacto de la suspensión eléctrica y garantizar una experiencia satisfactoria a sus huéspedes y clientes.
En ciudades de la Sierra, como Baños y Cuenca, los hoteles han tomado la iniciativa de proporcionar lámparas solares, focos recargables y linternas a sus visitantes. En estos destinos, también se han instalado paneles solares en postes de las áreas turísticas clave para garantizar la iluminación nocturna. Baños, por ejemplo, ha promovido actividades nocturnas como el Bosque Encantado, un recorrido con 15 estaciones temáticas que incluyen duendes, hadas y dragones, mientras que Cuenca ofrece visitas al casco colonial y recorridos a zonas cercanas para asegurar la seguridad de los turistas.
Quito también ha encontrado soluciones para mantener la atención al público. En los restaurantes del Centro Histórico, los propietarios han optado por crear ambientes acogedores con faroles y velas, generando una atmósfera que no depende de la energía eléctrica. Además, los establecimientos han priorizado la oferta de bebidas tradicionales como colada morada, café pasado, morocho y canelazo, ideando experiencias culinarias únicas para los visitantes durante los días de asueto.
En la Costa, en ciudades como Guayaquil y Atacames, los retos han sido distintos debido al clima cálido. Los hoteles y restaurantes han tenido que invertir en generadores eléctricos para mantener en funcionamiento los aires acondicionados y refrigeradoras, garantizando así el confort de los turistas por al menos seis horas consecutivas durante los cortes de luz. Esta medida busca mitigar el impacto de las altas temperaturas y asegurar la calidad del servicio.
Para atraer más clientes y contrarrestar las pérdidas económicas causadas por los apagones, dueños de hoteles y restaurantes han lanzado ofertas especiales. Descuentos de hasta el 30 % y promociones que incluyen productos o servicios gratuitos se han convertido en una estrategia clave para incentivar el turismo durante estos tres días de feriado.
A pesar de los desafíos que implica un feriado nacional en medio de cortes de energía, la industria turística de Ecuador ha demostrado resiliencia y capacidad de adaptación.
FUENTE: ECUAVISA