El asesinato de 15 presos en la Penitenciaría del Litoral pone el duda la eficacia del control de la seguridad de Fuerzas Armadas en los centros de rehabilitación social. Desde el 9 de enero, cuando el presidente Daniel Noboa declaró conflicto armado interno, las FF.AA. asumieron el control de las cárceles, consideradas centros de operación del crimen organizado según la inteligencia militar y policial.
En diez meses, los militares han realizado más de 200 intervenciones en los 35 centros de privación de libertad, para el control de armas, municiones y explosivos.
Han participado seis mil uniformados de forma permanente, cuatro mil dentro de la cárceles para vigilar a los presos en los pabellones, para la distribución de alimentos, para la limpieza, entre otras actividades.
Dos mil permanecen en los cercos externos de las centros penitenciarios, en donde se custodia el ingreso de vehículos, personas, autoridades.
En los operativos de control han decomisado fusiles, pistolas, municiones, explosivos, granadas, lanza granadas, drones, dinero y droga, pero en cada intervención se detectan nuevas armas que evidencian la fragilidad de la seguridad.
En junio las Fuerzas Armadas entregaron el control de 16 cárceles, consideradas de bajo riesgo, al Servicio de Atención a Personas Privadas de la Libertad (SNAI).
En las 19 restantes, calificadas como las más peligrosas, como la Penitenciaría del Litoral, Regional de Guayaquil, La Roca, carcel de Turi, Regional de Cotopaxi, el control sigue bajo responsabilidad de las Fuerzas Armadas.
Desde el 1 de octubre, el mando militar cambió la estrategia de las operaciones y delegó a cada fuerza el control carcelario. La Marina asumió la responsabilidad de los centros penitenciarios de Guayas, entre ellos la Penitenciaría del Litoral, en donde este martes ocurrió la masacre.
FUENTE: ECUAVISA