El cuerpo de Kenny Pinto Castillo, un joven ingeniero que trabajaba como fiscalizador de un proyecto de pavimentación del Municipio de Guayaquil, desarrollado en el sector Flor de Bastión, fue encontrado mutilado en el interior de un vehículo incinerado.

El hallazgo se registró el pasado 22 de febrero, en la etapa 5 de la cooperativa Balerio Estacio, al noroeste de la ciudad portuaria. Dentro del automóvil también fueron abandonados los restos de Javier Morán, otro ingeniero, que igualmente presentaban signos de violencia.

«Mi nombre es Kenny Pinto, y me asesinaron», expuso contundentemente un mensaje publicado en la cuenta personal de Kenny en X (@KennPinto) una semana después de su muerte, la cual desoló a su familia, allegados y amigos.

En el perfil, que hasta el 8 de febrero mostró contenido típico de un joven, como relatos de su día a día e imágenes que le causaban gracia, actualmente se publican llamados a la justicia y conmovedores mensajes de sus seres más cercanos, como su madre, que están sumidos en aflicción extrema después de su deceso.

La familia de Kenny escuchó su voz por última vez a través de un audio enviado por medio de una aplicación de mensajería. “Que alguien pague, que alguien envíe el dinero o me voy a morir, por favor”, dijo con angustia el ingeniero de 27 años, el 20 de febrero, día en el que comenzó el secuestro que devino en su muerte.

A la angustia por no tener el cuerpo de Kenny, puesto que aún se desarrollan sobre este exámenes antropológicos que se prevé durarán 45 días, se suma, para su familia, el querer que el caso se resuelva lo más pronto posible para que los implicados en su muerte y la de Javier Morán sean detenidos y juzgados.

«Ambos (fallecidos) son empleados. No son ni los gerentes, ni los dueños, ni los que participan en las decisiones de las empresas. Son empleados que son víctimas de esta banda de extorsión de vacunas que exige, a cambio de protección de los empleados de las empresas, un dinero para que no les pase nada«, destacó el abogado Héctor Vanegas, defensa de la familia Pinto.

#JusticiaParaKenny

«Buscaba incansablemente, mi corazón latiendo con la esperanza de encontrarlo sano y salvo. Pero la verdad fue como un golpe brutal: Kenny, mi querido hijo, fue arrebatado de mí de la manera más cruel«, escribió la madre del joven ingeniero el 5 de marzo en su cuenta, la cual, para ese entonces, mostraba todos los artículos que medios noticiosos del país habían publicado al respecto.

Utilizando el hashtag #JusticiaParaKenny, personas que conocieron a Kenny en vida se unieron para recordarlo y, de forma simultánea, ejercer más presión contra las autoridades municipales, a las que condenan por su actuar al no destinar los recursos suficientes para que ambas víctimas, secuestradas mientras trabajaban de día, estuviesen a salvo de extorsionistas que habrían perpetrado los asesinatos.

«Lo conocí trabajando para la Fiscalización de la Obra en Flor de Bastión. Nos ayudó en el recorrido. Me parte el alma saber que no pudieron hacer nada, él solo fue a trabajar«, escribió una joven, cuyo nombre de usuario muestra las letras IG.

«No lo puedo creer . Estoy sin palabras, ¿cómo alguien con un corazón tan lindo como Kenny pudo haber sido asesinado de esa manera? Y por algo que poco tenía que ver con él», publicó con tristeza e indignación una internauta llamada Dome.

A través del perfil, quienes ahora utilizan la cuenta publican mensajes como si Kenny pudiera seguir haciéndolo, como por ejemplo: «Mi familia exige justicia y apoyo para difundir mi historia, para que no quede en la impunidad».

«Yo era un joven que estaba empezando mi vida laboral, mi primer trabajo, el cual lo hice con toda la ilusión, no me importaba trabajar en un barrio peligroso», dice en uno de los mensajes, que se cuentan por decenas.

Además, subieron una serie de relatos en video sobre lo que habría ocurrido aquel día. «Alrededor de las 2 de la tarde, una camioneta se acercó y preguntó por el encargado. A pesar de que yo no ocupaba ese puesto, los trabajadores me señalaron a mí, confundiéndome con el personal de LICOSA (contratista). Los criminales se acercaron y me llevaron», se escucha en un extracto de la grabación.

También han exhortado a ciudadanos a unirse a un plantón por la seguridad de los profesionales de construcción, previsto a realizarse el 7 de marzo, a las 10h00, en los Bajos de la Gobernación del Guayas, y desmentido que el Municipio de Guayaquil, a través de Segura EP, haya dado aviso a la Policía para que actúe tras el secuestro.

«La empresa conocía el hecho»

El abogado Vanegas acotó que se ha requerido la comparecencia de un representante legal de la empresa en la que trabajaba Pinto e indicó que así como el esclarecimiento del caso devendría en la detención de los autores materiales e intelectuales de los asesinatos, también podría haber personas procesadas por omisión.

La empresa conocía el hecho. No dio los medios, ni contrató guardias de seguridad, no le dieron a los empleados la seguridad en una zona sumamente peligrosa, y hecho el secuestro no hicieron ver de qué forma atender un problema propio”, dijo el letrado.

“Vamos a pedir que concurran los gerentes de empresas, funcionarios de empresas, porque a nuestro juicio hubo una omisión”, concluyó.

FUENTE: ECUAVISA

Por fausto

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